Max Verstappen insiste en que sus posibilidades de ganar el título de 2020 siguen vivas.
Eso a pesar del hecho de que su jefe, el Dr. Helmut Marko, admitió que el holandés estaba “realmente enojado” después de retirarse en Austria el fin de semana pasado por un problema relacionado con Honda.
“Max estaba realmente enojado, lo que entiendo”, dijo Marko al periódico Osterreich.
“Esperemos que lo subamos a un auto el viernes con el que pueda atacar nuevamente”.
Después de la primera carrera en Austria, algunos supusieron que Red Bull no podrá enfrentarse a Mercedes este año.
Pero Verstappen respondió a esa conclusión.
“Me molesta que la gente le haga eso a mi equipo”, dijo a los periodistas holandeses en Austria.
“La gente del equipo sabe que nuestro auto es bueno. El fin de semana pasado se debió principalmente a la configuración que no era óptima. Podemos ganar dos o tres décimas con eso”.
“Si podemos reducir la brecha a tres décimas en una vuelta, es un juego en la carrera”, dijo Verstappen.
Marko está de acuerdo.
“Después de clasificar cinco décimas atrás, demostramos en la carrera que todavía estamos allí en términos de ritmo. Albon habría ganado la carrera”, insiste.
Después de un análisis esta semana del problema de Verstappen, el socio motor Honda ha aplicado contramedidas técnicas para este fin de semana.
“Un problema mecánico se convirtió en un problema eléctrico”, reveló Max.
“No puedo entrar en detalles completos, pero desde nuestro lado fue fácil de solucionar. Al final hemos aprendido lo que salió mal, así que no espero ningún problema ahora”.