Un mes antes de que comiencen las pruebas de invierno, la confusión continúa rodeando a Renault.
A fines de noviembre pasado, el director general de la automotriz francesa, Carlos Ghosn, fue arrestado en Japón por cargos de corrupción. Permanece en prisión, habiéndose negado la libertad bajo fianza.
Se cree que Renault, bajo la presión de su principal accionista, el gobierno francés, podría elegir al presidente ejecutivo de Michelin, Jean-Dominique Senard, para reemplazarlo tan pronto como esta semana.
La agitación también podría estar involucrando al equipo de Fórmula 1 de Renault.
Hace solo unos días, se anunció que Thierry Koskas, el nuevo presidente de Renault Sport, dejaría el fabricante de automóviles.
Jerome Stoll, quien se había apartado para dar paso a Koskas, regresa como presidente del equipo.
Pero el jefe del equipo Cyril Abiteboul insiste en que el equipo de F1 no se ve afectado por la agitación que rodea a Ghosn.
“No vemos ninguna razón por la cual habría más impacto en este programa que en cualquier otra cosa”, dijo.
“Mi mensaje es que hay un plan de continuidad para todas las operaciones del Grupo Renault, así como de Nissan y Mitsubishi. La Fórmula 1 es parte de esta operación”, agregó Abiteboul.