Robert Kubica dice que tuvo éxito en su misión de ser visto una vez más como un piloto de Fórmula 1 por derecho propio.
El polaco regresó a la parrilla en 2019 después de una ausencia de ocho años con lesiones permanentes en el brazo derecho.
Pero la exageración de ese regreso pronto se desvaneció cuando quedó claro que Kubica era el piloto más lento en Williams, el equipo más lento.
“No me sorprende”, dijo a La Gazzetta dello Sport cuando se le preguntó sobre su perfil desvaído en 2019.
Se espera que si el jugador de 34 años mantiene viva su carrera en la F1 en 2020, será como un motor de desarrollo.
“Conozco este mundo”, agregó Kubica. “Pero para mí es solo positivo.
“Era mi objetivo que la gente no me viera como el piloto que casi pierde un brazo. Quería ser evaluado como los otros conductores, con números”.
“Para mí y para Williams, los números no están ahí”, admitió.
“No fue el año que esperábamos. También porque había otras situaciones que resolver aparte del desempeño”.
“Pero para mí hay muchas cosas positivas, que desafortunadamente se ven ensombrecidas por los números en el cronómetro”, dijo Kubica.
Desde una perspectiva personal, Kubica dice que está feliz.
“Mostré que mis limitaciones son más visibles fuera del automóvil que dentro del automóvil”, explicó.
“A pesar de todo lo que me pasó y de los últimos años, que fueron muy difíciles, todavía soy piloto de Fórmula 1”.
“Ya no pienso en mis limitaciones”, continuó. “Ni siquiera recuerdo cómo solía conducir hace diez años. He llegado a aceptarme tal como soy ahora”.
Y Kubica dice que logró lograr eso a pesar de todos los detractores.
“Nadie hubiera apostado un euro a que yo podría tomar la primera curva. En cambio, las esquinas son donde estoy mejor”.
“Dijeron que no podía hacer Mónaco, pero fue una de las carreras en las que hice mejor. Y ahora duermo tranquilo”, dijo.