Roger Penske ha admitido que Indianapolis Motor Speedway se toma en serio la tarea de devolver la Fórmula 1 al legendario lugar.
Antes de que la leyenda estadounidense del automovilismo comprara el Speedway y la serie Indycar a fines del año pasado, el circuito de la sede acogió ocho grandes premios consecutivos de EE. UU. Hasta 2007.
El GP de EE. UU. Ahora se lleva a cabo en Austin, que en medio de la crisis del coronavirus está actualmente cerrado. Los esfuerzos sostenidos de Liberty Media para agregar una segunda carrera estadounidense en Miami hasta ahora no han dado sus frutos.
“Mi hijo Greg se reunió con Chase Carey y tuvo algunas discusiones preliminares en las últimas dos semanas”, dijo Penske a Racer.
“¿Es hora de volver a mirar una carrera de F1? Todavía no sé si la economía tiene sentido, pero no consideraríamos hacerlo antes de 2022”.
“Quiero ver que la F1 regrese en algún momento, así como los autos deportivos”, agregó. “Indianápolis es para pura sangre y queremos que sea especial”.
Mientras tanto, en medio del cierre actual de la sede de la F1, el Circuito de las Américas de Austin admite que la situación del coronavirus significa que tiene que despedir al personal.
“Sin conciertos, carreras y juegos, tenemos un uso limitado”, decía un comunicado.
El presidente de COTA, Bobby Epstein, confirmó al estadista estadounidense que solo queda “la mitad” del personal por ahora.
“Solo en los siguientes 90 días, los eventos que representan a casi 600,000 visitantes con boletos han sido pospuestos, cancelados o están en peligro”, dijo.
El GP de EE. UU. Está programado para octubre.