¿Trampa o genialidad de Red Bull?

Sebastian Vettel Corea 2013La superioridad mostrada por Vettel vuelve a levantar suspicacias y, mientras Hamilton deja caer que su dominio le recuerda al control de tracción, Alonso opina que algo más tienen, pero legal.

Con el Mundial prácticamente perdido desde hace unas cuantas carreras, Fernando Alonso se presenta en Yeongam para disputar el GP de Corea con la esperanza de que la fortuna les sonría un poco. Ferrari ya ha afirmado que tiran la toalla para este 2013 y, aunque aún montarán novedades en todos los grandes premios que quedan hasta final de temporada, lo cierto es que ahora mismo no está en sus manos vencer. Sebastian Vettel y Red Bull dieron un golpe encima de la mesa en Singapur con un dominio aplastante, como pocas veces se había visto este año, y eso provocó un cambio de discurso en todos los equipos, incluido Ferrari.

La comodidad con la que Vettel camina hacia su cuarto título de campeón ha hecho incluso que muchos sospechen de la legalidad del monoplaza que lleva el alemán. El primero en levantar la liebre y acusar directamente de trampas fue Giancarlo Minardi. El exresponsable de la escudería donde Fernando Alonso debutó en Fórmula 1 aseguró que, escuchando el sonido del RB9, se podía intuir que llevaban un sistema de control de tracción. Eso explicaría, según la teoría de Minardi, por qué el monoplaza creado por Adrian Newey fue inalcanzable en cualquier condición durante el gran premio nocturno. «Me quedé impresionado por la perfecta forma de conducción de Vettel. Fue capaz de pilotar sin cometer errores, al contrario que sus rivales (incluido su compañero de equipo). Según mi experiencia, creo que una ventaja de 2,5 segundos por vuelta es realmente demasiado. Es como dar un salto generacional en el desarrollo del coche de tres años», afirmaba Minardi, antes de concretar sus ‘pruebas’. «Además de acelerar 50 metros antes que cualquiera, el motor Renault del coche del alemán sonaba diferente del resto de motores franceses en pista. Ni siquiera sonaba como el de su compañero Mark. Ese sonido era similar al que emite un motor con el sistema de control de tracción que ya se ha usado en pasadas temporadas», señaló. ¿Una idea peregrina por parte de un exmiembro del ‘paddock’ o el descubrimiento de algo más?

La llegada a Corea, un circuito semiurbano de características similares a las de Singapur, hace pensar que Vettel se paseará de nuevo. Ahora que la teoría de Minardi se ha extendido como una neblina, cualquier rendimiento ‘extra’ del alemán será mirado con lupa. Lo que antes se comentaba en tono jocoso, ahora adquiere unos tintes acusativos graves.

El runrún en el ‘paddock’ existe. Lewis Hamilton echaba un leño más a la hoguera al afirmar: «La última vez que pude acelerar tan rápido (como el coche de Vettel) fue en 2007, cuando teníamos el control de tracción». Sin embargo, Fernando Alonso ha querido calmar los ánimos del personal y ha quitado todo tipo de credibilidad a esta teoría. «La diferencia en el ruido del motor ha estado todo el año en Red Bull. Es cierto que, quizás, en Singapur fue más obvio porque se trata de un circuito urbano y la gente puede observar las curvas pero, si observas un test invernal en Barcelona, estábamos en las curvas siguiendo la sesión de entrenamientos y Red Bull tenía ya un sonido distinto. Están usando algo diferente en comparación al resto de equipos, pero algo que es completamente legal, porque han pasado todas las verificaciones de la FIA en cada carrera. Nos corresponde a nosotros hacer un mejor trabajo para maximizar el potencial», señalaba un Alonso más cauto y sensato. «Es cierto que cuando te encuentras un Red Bull ves que son más rápidos que tú en las curvas, pero también ha pasado con otros coches, y no dijimos nada sobre la facilidad de Mercedes al obtener la ‘pole’ y la victoria tan fácilmente en Hungría», recordó.

Al límite de la legalidad

Sebastian Vettel, el principal actor de esta tragicomedia, se lo toma con su habitual jovialidad. «Los demás no se imaginan cómo lo hacemos. Estamos muy orgullosos del sistema que tenemos», se defendió. Su jefe, Christian Horner, quiso poner un toque más serio y pasó al ataque: «Habría que ser bastante estúpido para llevar control de tracción en un coche que monta una ECU estándar hecha con las directrices de la FIA y que está constantemente verificada. No puedo imaginar que un equipo haga eso. El problema es que Vettel dominó de tal forma en Singapur que la gente se cuestiona cómo pudo ser posible. Otros equipos miran en su interior y la conclusión más fácil es que Red Bull hace trampas», afirmó, rotundo.

Lo que no mencionó Horner es que Red Bull lleva varios años al límite de la legalidad. Hace dos años ya estuvieron en el punto de mira por los difusores soplados, el arma con el que Vettel logró dominar como no se había visto en mucho tiempo en el campeonato de Fórmula 1. La FIA los consideró legales primero, luego los limitó y para la temporada 2012 los prohibió. Tampoco el año pasado estuvieron exentos de investigaciones: en este caso, fue la modificación ilegal de los mapas de motor y los fondos planos del RB8. La Federación Internacional les obligó a modificarlos, pero no les sancionó de ninguna manera.

Los silbidos hacia el aún tricampeón en los últimos grandes premios eran considerados como una queja hacia un Mundial sin emoción. Las sospechas acerca de una supuesta ventaja técnica auguran, si es que no falla en las previsiones, más sonido de viento para el domingo. Eso si el tifón Fitow permite que se dispute con normalidad la carrera.

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